Bienvenidos a El Jugador Solitario, un lugar donde cada semana recomiendo un juego de esos que pueden ser disfrutados en solitario. Más que reviews, comparto información suficiente para intentar entusiasmar a lectores y lectoras a invertir tiempo en estos.
Animal Well fue lanzado en 2024, sorprendiendo e impactando el ecosistema de los videojuegos. Es un caso interesante por varias razones: su propuesta estética, sus desafiantes acertijos, sus múltiples “capas” y la historia de su desarrollo. Si bien puede parecer prematuro, es sensato entenderlo como un nuevo clásico que será en el futuro una referencia obligada en el género de plataformas y aventura.
En términos simples, Animal Well es un juego de exploración no lineal y puzzles que nos permite controlar a un ser casi amorfo, sin ninguna habilidad especial ni poderes sobrenaturales. Despertamos en un lugar desconocido, exuberante de vida y con rastros de construcciones y artefactos largamente abandonados.
Sin contexto, ni historia de fondo, ni objetivos por cumplir, ni enemigos declarados, empezamos a explorar. Sala por sala encontramos animales de todo tipo rondando extraños parajes. A medida que avanzamos, el mapa comienza a crecer y nos adelanta la dimensión del mundo que estamos por recorrer. En cuatro rincones de este vemos unas luces de distintos colores.
¿Serán esos los lugares que debemos alcanzar?
En cada nueva sala nos espera un acertijo a ser resuelto. Encontraremos en el camino objetos que amplían nuestras capacidades de interacción con el mundo. Un frisbee permite distraer perros guardianes, un yoyó presiona interruptores a distancia, un slinky resuelve acertijos escaleriles.
Y así avanza este juego, sala tras sala, rompecabeza tras rompecabeza, visitando y revisitando pasadizos y cavernas. En el camino encontraremos artefactos, anímales, trampas, fantasmas, y hasta “jefes” que vencer. Es un juego lleno de sorpresas, tesoros, acertijos en extremo ingeniosos, salas secretas y muchos misterios.
En muchos momentos experimente fuertes remembranzas de La Venganza de Montezuma, el clásico juego de Atari, especialmente por el uso de llaves para superar puertas y la existencia de salas oscuras.
Este es un juego complejo, desafiante y muy divertido. Desde el inicio es claro que mucho se esconde tras lo evidente, que tras cada rincón hay secretos esperando ser descubiertos. De hecho tiene varias “capas” que se descubren a medida que avanzamos; al terminar la primera y más evidente (encontrar las cuatro luces que ya mencioné), vemos los créditos del juego y todo parece haber terminado… pero el juego sigue y nos damos cuenta que muchos de los misteriosos detalles que hemos encontrado en el camino, al parecer inconsecuentes, esconden algo más profundo.
De hecho, su creador pensó que algunos secretos tardarían años en ser descubiertos, pero no contaba con la enorme comunidad de jugadores y jugadoras que se unieron ante el desafío y resolvieron rápidamente sus más enrevesados misterios.
Animal Well fue desarrollado por una sola persona: Billy Basso. Si bien contó con el apoyo de múltiples personas en los procesos "secundarios” necesarios para lanzar un videojuego (distribución, marketing, testing, etc.), fue Basso quien programó el juego desde cero, incluso creando un motor propio para evitar cualquier restricción técnica que obstaculizara su visión. Tardó 7 años en su desarrollo, y finalmente se lanzó con insospechado éxito.
Tardé un tiempo en animarme a probarlo, principalmente por todo el “hype” que generó su estreno. Hoy puedo decir que todos los laureles entregados a Animal Well son merecidos, es un juego imperdible para quienes gustan de los acertijos y no debe faltar en vuestras bibliotecas.
Animal Well está disponible en PC (Steam), PlayStation, Xbox y Nintendo Switch.
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