The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom
La última entrega de la saga que continua con el éxito de "Breath of the Wild"
Continuando con el artículo de la semana pasada respecto a The Legend of Zelda, es el turno de hablar de la última entrega de esta saga, lanzada en 2023 y acaparando nuevamente premios y nominaciones por montón.
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom es la continuación natural de Breath of the Wild (en adelante BotW). Superficialmente es extremadamente similar, desde la propuesta gráfica hasta las mecánicas base del juego. Algunos personajes se mantienen, el mapa tiene una distribución similar y la historia tiene cierta continuación.
Dicho esto, las diferencias son notables y todas positivas. Es importante notar que no es un requisito pasar por BotW para disfrutar la experiencia de Tears of the Kingdom. Son suficientemente independientes para jugarse de manera separada, las mecánicas se presentan como si fuera la primera vez y la historia no requiere conocimiento previo de la saga. Sin embargo existen numerosos guiños entre ambos juegos para recompensar a quienes conocen las entregas anteriores.
Tears of the Kingdom logra lo que parecía imposible: estar a la altura de BotW e incluso superar las enormes expectativas de quienes siguen la saga. Es un juego impecable, con una enorme cantidad de oportunidades de exploración, combate, resolución de acertijos y seguimiento de una rica historia.
Es interesante la forma en que este juego expande el mapa. Sobre la base de BotW agrega un nivel subterráneo y un nivel aéreo, efectivamente duplicando la superficie de exploración. Y en cada uno de estos niveles se agregan nuevas mecánicas de juego que entregan frescura a la experiencia.
Otra novedad de Tears of the Kingdom es que agrega una nueva dimensión al concepto de mundo abierto. No solo se puede explorar el mapa completo, sino que ahora es posible construir artefactos que expanden enormemente las posibilidades de exploración.
El modo de construcción permite "pegar” partes entre si (tablones, ruedas, ventiladores, luces e incluso armamento) para luego “activar” la nueva máquina y usarla para el fin buscado. Esto permite crear vehículos terrestres, aéreos y acuáticos, construir puentes y escaleras, crear artilugios que apoyan el combate, y (casi) todo lo que la imaginación permita.
El modelo físico está tan bien logrado que la forma en que se combinan las partes tiene un impacto directo en su funcionamiento y efectividad.
En muchos casos, la creación de estas maquinarias es fundamental para resolver acertijos. En otras facilita la exploración o incrementa las posibilidades de combate. Y en otras es la excusa perfecta para convertirse en ingeniero por un día. Las partes pueden encontrarse en el ambiente o almacenarse en el inventario, convirtiendo la mecánica de construcción en parte fundamental del juego y verdaderamente divertida.
Al igual que BotW, incluye una mecánica RPG que permite interactuar con múltiples personajes, manejar un inventario enorme y encontrar cientos de misiones secundarias que solo pueden ser descubiertas al explorar su enorme mapa. Las oportunidades de distintos tipos de vestimenta/armadura y una nueva mecánica para "crear” armas agregan nuevas formas de personalizar la experiencia.
Completa y absolutamente recomendado, tanto para quienes conocen la saga como para quienes quieren iniciar un viaje por Hyrule. Como mencioné anteriormente, no es necesario haber jugado BotW, pero claramente es una experiencia complementaria.
En mi opinión, la suma de estos dos juegos (Breath of the Wild y Tears of the Kingdom) son por si mismos una razón más que suficiente para hacerse de una Nintendo Switch. Entrega muchas, pero muchas horas de juego. En mi caso llegue a perder la cuenta, y a pesar que descubrí muchos de sus secretos estoy seguro que me faltaron cosas por montón.
The Legend of Zelda: Tears of the Kingdom está disponible para Nintendo Switch en formato físico y digital.