Super Mario Odyssey fue lanzado en 2017 y se convirtió en uno de los juegos mejor valorados de la historia. En esta ocasión, Mario vuelve al mundo tridimensional, saltando y rebotando por mundos abiertos en busca de la siempre esquiva Princesa Durazno, nuevamente secuestrada por el malvado Bowser.
Es difícil describir este juego, ya que incluye tantos elementos y mecánicas que tomaría demasiadas líneas poder plasmar una clara visión de lo que espera a jugadores y jugadoras al entrar este mundo. Pero partamos por lo básico.
Super Mario Odyssey es un juego de plataformas en 3D al estílo mundo abierto. Mario se enfrenta al ya conocido escenario donde Bowser secuestra a la Princesa del Mundo Champiñón. En el encuentro inicial, Mario pierde su clásica gorra roja y queda abandonado en un mundo poblado por extraños fantasmas en forma de sombrero. Cappy, uno de estos fantasmas, se une a Mario en la misión de rescate sirviendo de reemplazo para cubrir su cabeza. Juntos se embarcan en la “Odyssey”, una nave en forma de sombrero de copa que los llevará de mundo en mundo mientras persiguen a la malvada tortuga-saurio.


Cada mundo a visitar es un lugar donde Mario hará de las suyas saltando, rompiendo bloques, recolectando monedas y venciendo extraños enemigos. Cada paraje está lleno de plataformas móviles, puzzles que resolver, secretos por descubrir y desafíos a las capacidades motrices de jugadores y jugadoras. Es un juego de dificultad media, con una gran cantidad de movimientos disponibles y técnicas a perfeccionar para tener éxito. Hace un magistral uso de los controles de la consola de Nintendo, requiriendo por momentos sacudir los mandos con movimientos específicos además del uso de sticks y botones.
La mecánica más novedosa de este juego yace en la capacidad de Mario de lanzar a Cappy para derrotar enemigos; pero eso no es todo, ya que cuando este extraño sombrero alcanza a ciertos adversarios, Mario asume una nueva forma y asimila sus habilidades. Esto nos lleva a experimentar dinámicas en la forma de ranas, koopas, goombas, moais y tiranosaurios (si, han leído bien, moais y tiranosaurios). Cada una de estas formas introducen divertidas mecánicas y nuevos desafíos motrices.


Cada mundo cuenta con desafíos diferentes y novedosos que mantienen el juego fresco a medida que se avanza por sus distintas etapas. Carreras en motocicleta, batallas de tanques, travesías acuáticas, escaladas de rascacielos y caminatas lunares son solo algunas de las locuras que el equipo de Nintendo ha incluido en esta especie de rapsodia multimedia. Al final del día, es un juego endiabladamente entretenido y con tantas rarezas en el camino que no deja de sorprender a medida que damos caza a Bowser.
Una de las mecánicas que quiero destacar es la combinación del mundo 3D y 2D. De manera magistral, Mario pasa de una estilizada construcción tridimensional a su clásico look ochentero, con segmentos que nos permiten volver a las primeras formas de este personaje. El paso de un formato a otro está muy bien logrado e incluye sorpresas en cada mundo que hacen de estos momentos un verdadero deleite.
Exclusivo para Nintendo Switch, esta joya es un infaltable en la biblioteca de quienes gusten de los juegos de plataformas y siguen las aventuras de Mario y su pandilla. Además de los elementos ya mencionados incluye cientos de atuendos distintos para Mario, juegos de competencia en línea, mini-juegos, modo fotográfico y tantas otras cosas que seguramente estoy olvidando.
Totalmente recomendado, es otra muestra que Mario sigue siendo el rey de las plataformas. Larga vida al rey.
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